A lo largo de la historia la política migratoria de los países europeos ha evolucionado de manera muy significativa en muchos aspectos, pero ahora mismo e puede resumir en lo siguiente: como eso que llaman “extrema derecha” está creciendo en número de votos, vamos a hacer lo mismo que ellos y quizá así nuestros votos también aumenten.
Ya no hace falta que la “extrema derecha” gane unas elecciones para imponer restricciones a la emigración porque lo hacen los “demócratas” y los “centristas”, como los que forman el gobierno de coalición alemán, por ejemplo, que ha anunciado la ampliación de los controles a todas sus fronteras terrestres.
No se trata de una nueva política de Bruselas, sino de Berlín, es decir, que también afecta a otros países de la Unión Europea. Las fronteras de Alemania con Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Bélgica y Dinamarca estarán ahora sujetas a controles temporales, que se suman a los ya vigentes con Polonia, República Checa, Austria y Suiza.
La decisión entrará en vigor la semana que viene por un período de seis meses. El espacio Schengen ha pasado al olvido con el pretexto del “terrorismo islamista”.
Portugal restringe la concesión de visados de trabajo
Lo mismo que Francia, Portugal es otro caso de colonialismo de ida y vuelta. Ahora los colonizados han dejado de ser portugueses; ya no interesan y ha llegado el momento de cerrar el grifo.
Conocido alguna vez por su política abierta hacia los trabajadores extranjeros, Portugal ha reducido la concesión de visados de trabajo en un 24 por cien en los últimos meses. Es una ruptura con la estrategia anterior, que pretendía estimular la economía atrayendo mano de obra internacional cualificada.
El gobierno portugués ha puesto en marcha un plan de acción migratoria, imponiendo normas más estrictas a los candidatos a la inmigración profesional. El Primer Ministro ha expresado claramente su deseo de poner fin a determinados mecanismos considerados demasiado permisivos. Esta nueva política se traduce concretamente en la obligación para los extranjeros no pertenecientes a la Unión Europea de tener un contrato de trabajo antes incluso de presentar una solicitud de visado.
Sin embargo, en los primeros ocho meses de este año los visados de trabajo han aumentado un 15 por cien en comparación con el mismo período del año pasado.
Ya no bastan los pasaportes, ni tampoco los visados. Hacen falta permisos de residencia, permisos de trabajo y cuentas corrientes bien surtidas. Son maneras progresivas de estrechar el control policial sobre los emigrantes.
En la misma medida en que el control se estrecha y se pretende más riguroso, aumenta el número de extranjeros en situación irregular y a medida que aumenta ese número, hay más fuerza de trabajo en condiciones de semiesclavitud.
Antes los esclavos dependían de sus amos y ahora dependen de sus papeles, y hay muchos tipos de papeles, o de falta de papeles. Lo mejor es siempre llevar siempre algún papel encima, aunque sea falso o esté caducado
10 de septiembre de 2024