El presidente de Bolivia, Luis Arce, relevó a los cinco miembros del alto mando militar del país, al iniciar su segunda semana en el Gobierno, con el compromiso de garantizar el cumplimiento de los procesos democráticos por parte de las Fuerzas Armadas.
«Hoy tenemos el gran reto de devolverle a las FFAA su institucionalidad, de devolverle a las FFAA el lugar en la sociedad, que lamentablemente, se utilizó equivocadamente. Hoy tenemos el gran desafío que el pueblo boliviano vuelva a confiar en las FFAA»
— Luis Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) November 16, 2020
«Debo manifestar que las FFAA forjaron grandes líderes en el pasado en favor de los más humildes (…), digno de mencionar al Cnel David Toro, T. C Germán Busch, al T. C Gualberto Villarroel »
— Luis Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) November 16, 2020
El nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas es el general de la Fuerza Aérea Jaime Alberto Zabala Saldías, quien reemplaza al general del Ejército Sergio Orellana, designado por la expresidenta Jeanine Áñez (2019-2020) en noviembre de 2019 tras el golpe contra el Gobierno de Evo Morales.
Completan el nuevo mando militar, el general de Ejército Miguel Angel Contreras Campero, como Jefe de Estado Mayor del Comando en Jefe, y los comandantes Faud Ramos Espinoza, del Ejército; César Vallejos Rocha, de la Fuerza Aérea, y Javier Torrico Vega, de la Armada.
La cúpula castrense encabezada por Orellana estuvo integrada por comandantes que apoyaron el derrocamiento de Morales y luego fueron ascendidos por un decreto de Áñez que pasó por encima de una norma constitucional que establece que esas promociones deben ser aprobadas por el Senado, reseñó la Radio del Sur.
Arce dijo en su discurso, en el acto realizado en la Casa Grande del Pueblo, sede presidencial, que pretende que las Fuerzas Armadas vuelvan a ponerse al lado del pueblo, respaldando grandes transformaciones.
Citó como ejemplos a tres gobiernos militares del siglo pasado que sucesivamente nacionalizaron el petróleo, crearon la empresa petrolera estatal YPFB y alentaron las reivindicaciones de las mayorías indígenas.
«Queda mucha tarea por realizar, pero estamos seguros de que trabajando juntos vamos a lograr el objetivo y avanzaremos para devolver al pueblo boliviano esa esperanza que ha cifrado no solo en nuestro Gobierno, sino que ahora transmitimos la misma necesidad a las Fuerzas Armadas», añadió.
El nuevo Comandante en Jefe, Zabala Saldías, aseguró que su gestión se concentrará en «recuperar y fortalecer la institucionaldiad de las Fuerzas Armadas».
Los militares bolivianos, de larga tradición golpista, se mantuvieron apartados de las disputas políticas desde que Bolivia recuperó la democracia en 1982, hasta que durante la crisis de hace un año el alto mando sugirió a Morales que renunciara a la Presidencia.