Hace ya un año que nuestro querido camarada dejó de respirar e inició un viaje hacia el espacio proletario de la lucha infinita por el socialismo.
La familia de David fue una de más perseguidas, hostigadas y reprimidas, tanto por la dictadura militar como por la democracia burguesa representativa.
Varias cicatrices SON testimonio de la crueldad de las atrocidades del sistema capitalista dependiente, pero jamás le quitaron su sonrisa y la jodedera con que se burlaba de los mercenarios criminales que lo torturaron.
David siempre fue un revolucionario de primera línea y jamás concilio ante el enemigo, aún en las circunstancias más difíciles. Su conducta fue ejemplar: no cedió en sus principios. En el año 78 nuestro pueblo le dió el voto que permitió salir del cuartel San Carlos, (donde estuvo preso y más de un año aislado en un tigrito sin ver el sol), y en el Congreso Nacional fue una voz de rebeldía y combate.
Recordamos aquel acto electoral en Maracay donde en una carta que envió afirmó: «Hoy le entregamos al pueblo está tarjeta electoral, mañana en otras circunstancias le entregaremos algo más fuerte y más consistente que ésta tarjeta electoral».
Denunció hasta el momento de su partida la conducta cobarde del señor Iván Padilla, un vulgar delator, quién todavía tiene espacio en los medios de la revolución.
La valentía de David y su conducta de honestidad y sencillez son ejemplos a seguir, sobre todo para las nuevas generaciones de revolucionarios/as.
Aprendió a reírse y burlarse de la muerte, y partió de manera inesperada. Pero aquí nos quedamos aquella muchachada que forma parte de la tropa que no abandona la lucha por el socialismo.
Seguro estamos que allá en esos cielos anda subvirtiendo el orden con el viejo Carmelo, el maestro, Barcelona, Carlos Wilfredo y Aquino y tantos y tantas, pero no dudamos que allí también anda con su sonrisa y jodedera a flor de piel
Hasta la Victoria Siempre!
Valencia, 24/10/22.