Por Sputnik News
La reacción de la sociedad estadounidense frente al asesinato del director de la empresa UnitedHealthCare revela que hay importantes sectores de la población que están siendo excluidos del acceso a cualquier forma de vida cercana al bienestar básico al que todo país debe aspirar, dijo a Sputnik la politóloga y antropóloga Elisa Godínez Pérez.
La semana pasada fue asesinado a tiros Brian Thompson, director de la empresa de seguros de salud Unitedhealthcare —el mayor proveedor de planes Medicare Advantage en Estados Unidos— en un ataque que la policía describió como «descarado y dirigido».
El homicidio, sin embargo, lejos de despertar la indignación y el rechazo de la sociedad estadounidense, lastimada profundamente por la cotidiana violencia armada, desató la ira contra el sistema sanitario del país norteamericano y derivó en una oda al autor del ataque.
Así, en redes sociales, comenzaron a aparecer memes, fan art y frases alusivas al asesinato y al tirador. Mientras que, una mañana, la ciudad de Nueva York apareció tapizada de letreros de Se busca con los rostros de los principales ejecutivos del sector salud.
Más adelante, cuando el presunto tirador, identificado como Luigi Mangione, de 26 años, fue detenido esta semana en Pensilvania, el pueblo estadounidense refrendó su apoyo al joven, que fue hallado por la policía gracias a la denuncia de un trabajador de un restaurante de comida rápida que, a manera de protesta, se llenó de reseñas negativas en su sitio web.
Sputnik conversó con la doctora en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, Elisa Godínez Pérez, para ahondar en las causas detrás de la reacción de la sociedad estadounidense al asesinato de Brian Thompson.
Un entramado de manifestaciones de cansancio social
La experta, que actualmente investiga el tema de la justicia por mano propia en los márgenes del Estado, puntualizó que lo que ocurre en Estados Unidos puede ser abordado desde distintos ángulos. En principio, destacó el perfil del presunto tirador como un indicativo del hartazgo social, toda vez que, según los reportes de prensa, el joven proviene de una familia privilegiada.
Originario del estado de Maryland, Mangione se graduó de la Universidad de Pensilvania —una de las más prestigiosas del mundo y perteneciente a la influyente Ivy League—, tanto en licenciatura como maestría, en ciencias de la computación y la información. Además, no tiene antecedentes penales.
«Si una persona que había crecido y vivido en un medio superprivilegiado, como era esta persona, Luigi Mangione, tuvo esa reacción, ¿qué podríamos esperar del resto de la población que sufre condiciones tan dramáticas en cuanto al servicio de salud?», cuestionó Godínez Pérez.
De manera más general, la también politóloga por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) observó que, de algún modo, lo que está sucediendo en el país norteamericano forma parte de un entramado más grande, que incluye diversas manifestaciones de descontento dentro de la sociedad estadounidense y que no son propiamente nuevas.
El caso más reciente, ejemplificó la académica, se observa en las protestas en rechazo al apoyo irrestricto del Gobierno estadounidense a Israel y su campaña militar en la Franja de Gaza, en donde el país hebreo ha asesinado a más de 44.000 personas en 14 meses, la mayoría mujeres y niños.
«Eso, por ejemplo, que ha sido visible en los últimos meses, pero que también ha sido, prácticamente, combatido y se ha criminalizado la protesta [a favor de Palestina]», ponderó Godínez Pérez.
Desempleo y falta de oportunidades
Sin embargo, la investigadora señaló que el malestar de la sociedad norteamericana no solo se expresa en las protestas callejeras, pues, desde hace algunos años, Estados Unidos atraviesa una crisis de consumo de fentanilo y otras sustancias. Una situación que el presidente electo, Donald Trump, utilizó como arma para amenazar con imponer aranceles a todos los productos provenientes de México y Canadá, si estos países no cooperan para frenar el trasiego de dicha droga.
«Los altísimos niveles que hay de farmacodependencia y de consumo de drogas es una manera en la que se está evidenciando que hay una crisis profunda en muchos niveles en la sociedad norteamericana», analizó la investigadora de la UNAM.
A lo anterior se suman los importantes índices de desempleo y la falta de oportunidades para la población que habita en una sociedad que, en el pasado, fue muy próspera. Tan solo en octubre de este año, las ofertas de empleo en Estados Unidos cayeron a su nivel más bajo en tres años, en medio del descontento social tras el paso de los huracanes Helene y Milton, aunado a huelgas de los trabajadores del sector aeroespacial.
Cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo de Estados Unidos indican que, en septiembre, únicamente se crearon 12.000 puestos de trabajo, cuando los economistas tenían previsto el surgimiento de 113.000 nuevas vacantes.
«Lo que ocurre es que esta sociedad, estas poblaciones, estas ciudades, cada vez han estado más expuestas a la pobreza, al desempleo, a la falta de oportunidades, etcétera. Entonces, esto, por ejemplo, también es una expresión terrible de algo que está pasando dentro de la sociedad norteamericana y que creo que se habla poco», observó la analista.
«Es una forma en la que se evidencia que hay importantes sectores de la sociedad que están siendo excluidos de los accesos a cualquier forma de vida, digamos, cercana al bienestar, al bienestar básico al que cualquier sociedad debe aspirar», añadió.
«Una especie de vengadores»
Cuestionada sobre la propensión de la sociedad estadounidense a admirar a personas como Luigi Mangione, Godínez Pérez señaló que este comportamiento no es exclusivo del país norteamericano. Ponderó que es algo que ocurre en casi todas las sociedades, sobre todo en la actualidad, debido a que la desigualdad en el mundo es un asunto muy arraigado.
«Vivimos en sociedades profundamente desiguales, incluida la norteamericana, que es la sociedad, digamos, que es el cenit del capitalismo y, aparentemente, una sociedad próspera. Porque no es un país pobre, ni es un país en desarrollo, es un imperio. Entonces, uno creería que ahí no tendría razón de ser [la desigualdad estructural]», analizó Godínez Pérez.
Con todo, la experta argumentó que el hecho de que las sociedades modernas tiendan a enaltecer como héroes a personas que transgreden la ley, no quiere decir que se trate de transgresiones comunes, ni que se encumbre a cualquiera como un héroe solamente por delinquir.
«Creo que el componente que es común a lo que sucede también en otras sociedades, de cómo, de pronto, esta gente que transgrede el orden se vuelve famosa y, sobre todo, admirada, tiene que ver con que, en la apariencia, este tipo de personajes lo que hacen es tomar la justicia en sus manos. Son una especie de vengadores, más o menos anónimos, que lo que hacen es darle su merecido a alguien que, teniendo poder, abusa [de los que no ejercen dicho poder]», examinó la experta.
Y agregó que se trata de «una especie de ejercicio de la venganza, o de la justicia por mano propia, que genera simpatía, porque se vive en sociedades en donde existe mucha impunidad, en donde existe mucha desigualdad, como ya dije, y existe mucho abuso de poder».
La paradoja de Luigi Mangione
Por último, en relación con las declaraciones de la congresista Alexandria Ocasio Cortez, que en entrevista con Business Insider aseguró que el asesinato de Thompson es un «llamado a despertar», la doctora en Ciencias Antropológicas consideró que lo ideal sería que a raíz de este tipo de situaciones la sociedad estadounidense en general, así como su clase política y su clase económica en particular, o sea, la clase dominante, tuvieran un despertar de la consciencia.
No obstante, mencionó que no hay que perder de vista lo paradójico que es que sea un joven privilegiado, el nuevo símbolo contestatario frente al establishment.
«Hay que ser un poco crítico del discurso, no porque uno niegue la simpatía que eso ha generado, sino porque yo creo que también es paradójico que sea un niño rico el que ahora se vuelva un elemento contestatario de algún modo, o de un discurso pretendidamente contestatario», aseveró la politóloga.
07/12/2024