"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Neoliberalismo a punta de golpes

Lo que está a la vista no necesita de lentes, lupas, ni de microscopios: desde el asalto precario al poder el 11 abril de abril en Venezuela a la sabia renuncia de Evo Morales, las oligarquías neoliberales y el imperio queman en la hoguera de los golpes de Estado y de los regímenes de fuerza cualquier forma de democracia que trastoque sus intereses:

Nueve presidentes electos han sido blanco de planes conspiradores: Hugo Chávez, Manuel Zelaya, Fernando Lugo, Rafael Correa, Lula da Silva, Dilma Rousseff, Daniel Ortega, Nicolás Maduro y Evo Morales.

En Haití, los golpes y el terrorismo de Estado son el síntoma visible de una oleada creciente de la violencia neoliberal que se ensaña con nuestros pueblos.

Y en Colombia, Chile y Ecuador, tres presidentes neoliberales se sostienen a punta de crímenes y de una desaforada represión que corre por cuenta de fuerzas militares y policiales

Del golpe contra Chávez a la renuncia política de Evo Morales: toda forma de vida democrática está siendo sacrificada por una casta neoliberal e imperial.

Tal dato fundamental de la coyuntura política latinoamericana, no es el producto de una puntada de c… de las oligarquías políticas y económicas que se ceban con la miseria y la pobreza de los pueblos latinoamericanos

Recalcamos que los documentos de barbarie no significan un dato coyuntural, una puntada emotiva de individuos inescrupulosos, sino una cuestión determinante en nuestras vidas, en la vida de la nación.

En abril del 2002 se autoproclamó Pedro Estanga presidente, el desvarío dura 47 horas: la movilización popular y el compromiso de los militares con la decisión soberana del pueblo venezolano impuso el retorno a la presidencia del Comandante eterno; desde entonces, cada intentona golpista contra los gobiernos chavistas tiene su 13 de abril.

Dicen que la historia se repite como drama y como farsa: en el desatino antidemocrático de los presidentes autoproclamados está inscrita esa otra forma de repetirse la historia: la de la tragedia. Ya Jeanine Añez tiene inscrita en su cara las imágenes de Pedro Carmona Estanga y de Juan Guaido: LA NADA.

El pueblo Boliviano no se duerme, ni se queda en casa, llama a huelga general, se moviliza, cierra calles, caminos, avenidas y hasta lanza cartuchos de dinamitas para restaurar su legítimo presidente que regresará hecho millones bolivianas y bolivianos. Nuestro compromiso tampoco necesita de binoculares, telescopios o de una lámpara digital: Hoy más que nunca, indispensable la unidad de los pueblos y naciones, de los movimientos sociales, de los trabajadores y trabajadoras, y de los pueblos originarios, para enfrentar con posibilidades de victoria a un imperio decadente y a las oligarquías que avanzan el odio a la democracia.

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