En su rueda de despedido, Calderón Berti denunció:
1) Detrás de la entrada de la “ayuda humanitaria” desde Colombia, había algo más que él todavía no sabe qué era (sopla aquí).
2) A esa acción que la canciller de Duque calificó de “fiasco”, él la tildó de “catástrofe”.
3) Precisó que la cosa fracasó no por culpa de Guaidó, sino de la “tiranía”, que no se dejó.
4) Confesó que sobre el “cucutazo” pidió una investigación a la fiscalía colombiana, saltando al “TSJ” y la “Fiscalía” del autoproclamado.
5) Condenó los diálogos en Oslo porque no se le informó al gobierno de Colombia (¿Te fijas?).
6) Pontificó contra la corrupción, olvidando lo que era vox populi en el gobierno copeyano del que fue ministro:
“El presidente no roba… pero deja robar”.