"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Angela Davis y las protestas antirracistas en EEUU.

Cuatro claves para entender por qué los disturbios se han extendido por Estados Unidos

Para Angela Davis no hay duda. Las dos semanas de protestas en todo Estados Unidos contra el racismo y la brutalidad policial son un momento histórico. En concreto, considera que es la expresión «más intensa» del antirracismo que ha vivido nunca el país, algo que achaca en buena medida a años de trabajo activista que ha logrado cambiar la mentalidad de buena parte de la población. Hablar de racismo sistémico o estructural, a juicio de la prominente activista feminista afroamericana, ya no es algo minoritario, empieza a ser parte de la cultura dominante.

Estas fueron algunas de las reflexiones que compartió Davis el pasado sábado en un debate online organizado por los colectivos Rising Majority y el Movimiento por las Vidas Negras. A lo largo de la charla, en la que participaron varios activistas antirracistas, la célebre filósofa compartió su punto de vista sobre las causas que han confluido hasta el actual estallido social, el papel del activismo o las demandas del movimiento en estos momentos que, según aseguró la mujer de 76 años, se siente afortunada de poder presenciar tras toda una vida dedicada a la lucha por los derechos civiles. «Sigo aprendiendo de las generaciones más jóvenes de activistas que están haciendo todo esto posible, permitiéndonos imaginarnos realmente lo que, como dijo Nina Simone, se puede sentir al ser libre», apuntó.

Son varios los factores que, en su opinión, explican las protestas que han llenado las calles de más de 100 ciudades estadounidenses tras el caso de George Floyd, asfixiado por un policía en Minneapolis. «La confluencia de la pandemia de COVID-19, la presidencia actual por supuesto, la increíble organización del feminismo antirracista durante la pasada década, especialmente desde la revuelta de Ferguson [protestas de 2014] y los recientes asesinatos de Ahmaud Arbery, Breonna Taylor, Tony McDade y George Floyd han creado esta combinación única», afirmó Davis. Que todo el mundo pudiera ver sus últimos nueve minutos de vida, dijo por videoconferencia, fue la «chispa» que prendió la llama.

«La organización antirracista que ha habido durante este periodo reciente, incluso cuando parecía que no había nadie escuchando fuera de las comunidades negras, ha marcado una gran diferencia. Lo destaco porque no siempre tenemos la oportunidad de ser testigos de los resultados, de forma tan espectacular, del activismo y su trabajo intelectual, que cambian la mentalidad de la gente y comienzan a modificar las narrativas de la cultura dominante en muy poco tiempo», agregó. «Ahora, dentro de la cultura dominante, escuchamos comentarios sobre el racismo sistémico, el racismo estructural, el racismo institucional».

Estados Unidos, prosiguió la teórica antirracista durante el debate, tampoco había vivido nunca manifestaciones «tan masivas y sostenidas» tanto en las grandes ciudades como en los pueblos pequeños. «A la vez, es importante reconocer que esta conciencia del racismo es global. Nuestras hermanas y hermanos en el continente africano, en Sudamérica….», aseguró Davis, que mencionó en concreto el ejemplo de Brasil: «Sufren los mismos problemas [de violencia policial] que nosotros en este país y con frecuencia con mayor intensidad». Para ella, el papel de los activistas en este momento, sostuvo una vez más, «debe ser demostrar las conexiones entre el capitalismo mundial y el racismo globalizado, el capitalismo racial desde la época de la esclavitud hasta el presente».

«La pregunta va a ser qué hacemos después»

«Diría que estamos en medio de la más intensa expresión de sentimiento colectivo antirracista que este país nunca ha visto», agregó Davis en otra de sus intervenciones. Sin embargo, opina que, después de más de 10 días de protestas, los esfuerzos deben concentrarse en el «ahora qué».

«Hemos visto 11 días de manifestaciones masivas y marchas de todo tipo. Pero esto pasará. Las manifestaciones no continuarán para siempre y creo que es nuestra responsabilidad como organizadores y activistas», aseveró, como involucrar a «aquellos que han sentido que participar en las manifestaciones es un primer paso para hablar en contra de los sistemas racistas de siglos de antigüedad en este país». «Hay mucha gente nueva ahí fuera», añadió Davis, quien puso el ejemplo de su joven sobrina, que ha sido hasta ahora «bastante apolítica». «Nos escribió hace poco una carta a mis hermanos y a mí agradeciéndonos el trabajo que hemos hecho y ahora está ahí, en las manifestaciones (…) Tenemos que prepararnos para una organización tan intensa como lo han sido estas esperadas manifestaciones».

«Así que la pregunta va a ser qué hacemos después. ¿Cómo aprovechar este momento? Porque todos conocemos el trabajo real, no importa cuán impresionantes sean las manifestaciones, el trabajo real no está grabado en vídeo, no sale en televisión, es el trabajo que todos vosotros habéis estado haciendo día a día organizando y concienciando, así que la pregunta es cómo pasamos de este momento al siguiente», señaló. También subrayó el papel del arte y la cultura, así como de la música, en el cambio de mentalidad y «la globalización de la conciencia antirracista».

A diferencia del resto de participantes, que hasta entonces no habían sacado el tema, Davis se refirió a las próximas elecciones presidenciales de noviembre. «Con el candidato demócrata siendo quien es [Joe Biden], no creo que haya mucha inclinación hacia este debate, pero tenemos que tenerlo: hablar de cómo utilizar la política electoral de forma que nos ayude a ampliar la arena para organizarnos. Así que no se trata de elegir a alguien que creemos que nos va a representar, sino de elegir a alguien sobre el que podamos ejercer el tipo de presión que amplíe el terreno de la política radical», opinó.

«Se arresta a policías, pero la estructura es aún racista»

La temática del debate era cómo forjar una «estrategia abolicionista para la defensa de las comunidades negras». Davis, férrea crítica del sistema penitenciario que apoya abiertamente la abolición de las cárceles, volvió a pronunciarse sobre esta cuestión y enmarcó en este movimiento algunas de las demandas que están cobrando fuerza en las actuales protestas, como la desfinanciación de la policía. «Lo que para mí es más emocionante de este momento es la forma en que los jóvenes están construyendo sobre las luchas que tuvieron lugar antes y llevándolas mucho más lejos de lo que cualquiera de nosotros podría haber imaginado», recalcó. «Me siento muy agradecida de seguir viva en este momento para presenciar, en nombre de todos mis camaradas que han caído, cómo todos vosotros nos estáis haciendo avanzar».

«Hace muchos años, cuando empezamos a hablar de la abolición, la gente pensaba que estábamos completamente locos. ¿Qué quiere decir abolir nuestras prisiones, qué vamos a hacer con todos los asesinos y los violadores? ¿Qué quiere decir controlar la policía? Toda esa demanda de control comunitario de la Policía se ha movido hacia una posición de cuestionar por qué las estructuras de la policía tienen que estar tan saturadas de racismo y capitalismo», prosiguió.

«Por supuesto, seguimos viendo que el impulso inmediato es pedir al sistema penal, al sistema legal, que trate a los policías como a toda la gente que comete delitos. Pero hemos hecho eso durante décadas y cada vez que un policía es arrestado y juzgado, o incluso condenado en algunos casos, las estructuras policiales siguen siendo tan violentas, tan represivas, tan racistas, tan misóginas, como lo eran antes», aseguró la histórica activista. «Cuando miramos la historia del sistema penitenciario de este país nos damos cuenta de que siempre se han pedido reformas y estas se han instituido, pero la institución se ha vuelto aún más violenta, aún más represiva, aún más racista», enfatizó.

En este sentido, Davis defendió que «uno de los aspectos críticos del complejo industrial penitenciario» hoy en día es la detención de inmigrantes. «No solo en EEUU, sino en Europa, Australia, en todo el mundo». «Cuando decimos que queremos abolir la policía, tenemos que señalar también que queremos abolir el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas). ¿Hemos reformulado la pregunta, no sobre hacer las prisiones más humanas o la Policía más eficaz? ¿Qué pasa si nos preguntamos qué aspecto tendría nuestro mundo si no existieran tales instituciones? Necesitaríamos mejores escuelas, mejor atención médica, desprivatizar la asistencia sanitaria, la vivienda y la comida. Si miramos estos temas a través de una lente abolicionista, también nos exigiría usar enfoques feministas, porque el feminismo antirracista y anticapitalista nos ayuda a mantener todos estos temas en tensión», subrayó.

«Demandemos la reducción de la Policía, pero al mismo tiempo tenemos que imaginar nuevas formas de seguridad. ¿Cómo sería la seguridad si no estuviera basada en la violencia? ¿Cómo sería la seguridad interrelacionada con nuestras necesidades de comida, vivienda, atención sanitaria, trabajo y cultura?», zanjó.

 

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