Llegó el momento, es ahora, los recursos financieros de la patria, del pueblo venezolanos, ya no puede continuar lucrando al hipertrofiado sector privado de la salud, que en sintonía con el capital trasnacional en esta guerra económica, no da tregua y aprovecha la actual situación para aumentar los precios sin ninguna estructura de costos lógica; permanente amenaza con “no atender a las trabajadoras y trabajadores de la Administración Pública”, y los chantajea con base de un círculo vicioso de precios especulativos, una atención clínica extremadamente deficitaria y el maltrato característico de los mercenarios de la salud.
La transición del modelo salud centrado en el lucro y la ganancia al de salud socialista, es ahora e implica el desarrollo de un sistema nacional estructurado por procesos e instituciones relacionadas entre sí y con un entorno definido: se fundamenta en la atención del evento de salud desde que se recibe el paciente hasta la solución de la enfermedad e involucra todo los componentes del sistema, de acuerdo con una perspectiva de “Protección a la vida”.
El nombre de pila de tal política neoliberal es “Seguro de Hospitalización, Cirugía y Maternidad”, o “HCM”, cuya finalidad es la de hacerse “imprescindible” como un factor de primer orden en las cláusulas de la “Contratación Colectiva de los trabajadores y trabajadoras de la Administración Pública Nacional, Regional, Municipal, Central, Descentralizada y Desconcentrada”, y así asegurar el ingreso directo a sus cuentas bancarias, por ejemplo para el año 2011, la bicoca 1.901.809.302,33 dólares, constante y sonante, suma que supera con creces presupuesto correspondiente al Ministerio del Poder Popular para la Salud.
El control del capital privado de los contratos colectivos de trabajadores, de los planes de salud de la Administración Pública, a través de pólizas de seguro desarticula y destruye toda posibilidad de desarrollar un Sistema Público Nacional de Salud; la hegemonía del negocio de la salud privada garantiza una modalidad de acumular capital con base de altos costos y de la especulación. La facturación, de acuerdo con la figura de “gastos de Clínica o Costos Fijos”, son un conjunto de indicadores irracionales como el “Derecho de admisión e ingreso a hospitalización”, los “Gastos de registro de ingreso y tramitación de documentos”, el “Servicio de Historia Médica” y el “uso del Televisor”, que representan el 40% del total a facturar, que nada tienen que ver con el acto médico de proveer salud.
La privatización de la salud y los HCM, por otra parte aseguran al negocio de la salud, la apropiación de uno de los aspectos más importantes para dominar al mundo, la información:
La data asociada relativa a la identidad y la morbilidad, que es indispensable para la “Gestión del Conocimiento”, como lo llama la Organización Mundial de la Salud, está en manos de compañías de de seguros y de las clínicas privadas, empresas guardan tal información en servidores espejo ubicados fuera del territorio nacional, específicamente en “Coral Gables, Miami, EEUU”..
En medio de la digna resistencia de nuestro pueblo al más brutal bloqueo económico y financiero, en el que la banca nos tiene secuestradas todas las cuentas bancarias en el exterior, y el robo por el Gobierno de Trump de “Citgo Petroleum Corporation”, significan la tormenta “inducida y perfecta” que en el caso de la salud está orientada a desmantelar el Sistema Público Nacional de Salud, y a alimentar la hipertrofia de los “mercenarios” de las clínicas privadas, que en estos “tiempos de vacas flacas” están ávidas, más que nunca, de su elemento central; el dinero:
Los trabajadores y trabajadoras son echados a la calle, tal y como sucede cuando los altos costos y los precios especulativos “se devoran el monto de la cobertura”, aunque no haya sido superado el evento de salud, ya que el sector privado no tiene y nunca ha tenido la cualidad de la solidaridad y el amor al hombre y a la mujer.
Es menester apropiarse de la urgencia de avanzar hacia un sistema de salud socialista y de protector de la vida: esto es, de solucionar por el lado del pueblo el desacuerdo entre la medicina socializada y la medicina capitalista.