A Juan Conteras lo conozco. Me basta haber luchado a su lado y sentir su indignación ante la injusticia. Con él he recorrido kilometros de marcha por Palestina, Colombia, Haití, Nicaragua, Irak, Líbano… Por tantas… Por tanto. Somos la misma gente, soñadora, impetuosa, solidaria; irreverente, batalladora; gente que ni la compran, ni se vende. Somos los que hablan sin miedo pero sabiendo el costo de echar a andar la palabra contra quien sea. Somos de los y las leales; de quienes debaten las contradicciones sin vergüenza y pasean con orgullo su coherencia. Los necios de la vida. Me basta saberlo entre el pueblo, distinto a una moneda de oro o bufón de unos pocos. A Juan no lo defiendo de nada. ¿Porqué habría de defenderlo? ¿Es culpable de algo? ¡Que remitan pruebas! Me basta saber que ladran los perros.